No
os dejéis llevar por la primera impresión, porque es más fácil de
preparar de lo que parece!! Lo único especial es que se divide la masa
en tantos colores/sabores como queramos, y se tiene que poner cada color
después de que el anterior haya enfriado bien para que no se mezclen.
Yo
he puesto estos colores con los sabores frambuesa, plátano, limón,
vainilla y fruta de la pasión, ¡pero podéis adaptarlos a vuestros gustos
y posibilidades!
La receta es de un blog que me encanta, y aquí tenéis mi adaptación:
Sponge Cake de Princesa (estilo asiático)
Ingredientes:
- 3 huevos
- 125 g. de azúcar
- 1/4 cucharadita de sal
- 100 g. de harina
- 22 g. de aceite de girasol
- 22 g. de leche
- 1/2 cucharadita de esencia de Princesa
- 125 g. de azúcar
- 1/4 cucharadita de sal
- 100 g. de harina
- 22 g. de aceite de girasol
- 22 g. de leche
- 1/2 cucharadita de esencia de Princesa
(este
bizcocho habitualmente se prepara con vainilla, pero es que no podía
resistirme a ponerle esencia de Princesa... Es una mezcla de almendra,
limón y nuez que me encanta!!)
Elaboración:
- Precalentamos el horno a 180º.
- Engrasamos un molde de 18 cm (yo utilicé un molde desmontable y le puse papel vegetal en la base)
- Tamizamos la harina y reservamos.
- Batimos los huevos, la sal, la esencia de Princesa y el azúcar hasta que esté muy gruesa y esponjosa.
- Incorporamos poco a poco la harina.
-
En otro tazón, mezclamos la leche y el aceite juntos. Vertemos esta
mezcla en la masa y batimos a velocidad suave hasta que quede homogéneo.
- Echamos la masa en el molde y horneamos unos 25-30 minutos.
- Dejamos enfriar 5 minutos y seguidamente pasamos el bizcocho a una rejilla.
Bake-a-boo
explica claramente que se debe hornear en un molde de 18 cm. y luego
cortamos el bizcocho con un molde de 17 cm., que es donde haremos
nuestra cheesecake. Aquí servidora no se dio cuenta de ese detalle, así
que horneé el bizcocho en el mismo molde en el que iba a hacer la
cheesecake ¿y qué pasó? Que el bizcocho encoge... ¡sí señores! Encoge...
Y una vez enfriado lo volví a poner en el molde, y me faltaba 0,5 cm.
de bizcocho!!!
Así
que bueno... Yo siempre defiendo que en la cocina tenemos que buscarnos
la vida y apañarnos con lo que tengamos... De este modo la "solución"
que hallé fue triturar este maravilloso bizcocho (casi lloro... no os
podéis imaginar qué textura tan maravillosa tiene... ¡y yo lo destrocé!)
y lo mezclé con queso crema y azúcar.
Vamos,
como si estuviera haciendo un cake pop. Al incorporar el queso crema
conseguimos que las migas de bizcocho queden unidas y sea una mezcla
compacta. Y éste fue el resultado:
Y debo reconocer que aunque sea un poco "chapuza", es una cuestión visual. Porque el sabor sigue siendo estupendo.
Ingredientes para el Cheesecake:
- 120 ml. de leche- 2 yemas de huevo
- 350 g. de queso crema
- 80 g. de azúcar
- 1 cucharada de gelatina en polvo
- 400 g. nata para postres
Sabores y colorantes
Ésta
es una cuestión totalmente variable. Quiero decir: que si no tenemos
colorantes la podemos hacer sin color, y los sabores son completamente
personalizables... Yo puse los que tenía por casa y más me gustaban,
pero podéis raspar una vaina de vainilla si no tenéis extractos.
- Para la capa rosa: 1/8 de cucharadita de pasta de frambuesa y colorante Pink de Wilton.
- Para la capa naranja: 1/8 de cucharadita de pasta de fruta de la pasión y colorante Peach de Sugarflair.
- Para la capa verde: 1/8 de cucharadita de esencia de limón y colorante Green de Wilton.
- Para la capa amarilla: 1 cucharadita de preparado de batido de plátano y colorante Bitter Melon de Sugarflair.
- Para la capa azul: 1/8 de cucharadita de pasta de vainilla y colorante Sky Blue de Wilton.
Para comprar todas estas cositas encontráis multitud de tiendas. Os dejo enlaces de mis tiendas favoritas: Dulces Ilusiones, Alma's Cupcakes, Enjuliana, María Lunarillos...
Elaboración:
- Cortamos el bizcocho para adaptarlo al molde de 17 cm.
-
Colocamos una tira de acetato en la pared del molde. Esto hará que
podamos desmoldar la cheesecake sin problemas (el acetato podemos
encontrarlo en tiendas de repostería especializadas o en una simple
papelería).
-
Calentamos al baño María el queso, la leche, las yemas de huevo, el
azúcar y la gelatina. Removemos bien con unas varillas para que no
queden grumos.
- Retiramos del fuego y dejamos enfriar.
- Incorporamos la nata y movemos bien para que quede bien integrada en la mezcla.
- En caso de que vayamos a hacer nuestra cheesecake de distintos colores y sabores, dividimos la masa en tantas porciones como colores/sabores.
- Incorporamos a cada masa el sabor y color que deseemos.
-
Decidimos el orden en el que queremos que vayan los colores, y ponemos
en primer lugar el color que va pegado al bizcocho. Guardamos en el
congelador unos 10 minutos.
- Sacamos del congelador, e incorporamos el siguiente color. Volvemos a congelar otros 10 minutos.
- Y vamos repitiendo este paso por tantos colores tengamos.
-
Finalmente, refrigeramos un mínimo de 3 horas. Yo a veces la dejo
congelada y la descongelo en el frigorífico el día antes de consumir, ¡y
está perfecta!
He de decir que la textura de esta tarta me encanta. Es súper suave, y la combinación de sabores es una maravilla!!
Otras tartas de queso que podéis encontrar en el blog: Tarta de Queso Romántica y Tarta de Queso Fiorentina.
Así que si queréis sorprender a vuestras mamis, con esta tarta triunfáis!!
Os recuerdo que este fin de semana es Expotarta, concentración de azúcar y creatividad en estado puro!!
Que paséis una feliz semana y Blog Appétit!
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