Esta mañana he venido dispuesta a seguir
trabajando en la receta que quiero publicar, ya que la semana pasada
como bien sabéis estuve ausente por cuestiones familiares.
El
caso es que antes de ponerme a trabajar tengo por costumbre darme una
vuelta por las redes sociales, a ver qué se cuece. Y mi querida Aliter Dulcia
había publicado nueva entrada, así que allá he ido. Y puedo decir que
literalmente me he quedado con la boca abierta. Increíble compactado de
verdades dichas por Isabel en este sublime post.
Toda esta historia empieza gracias a otro fabuloso blog: Biscayenne,
que harta de preciosismos y mundos perfectos reflejados en artificiales
blogs gastronómicos, saca un puñado de verdades para animarnos a
reconocer cosas que nos da miedo contar.
Sé
que habrá seguidores que se indignen porque esté escribiendo esta
parrafada sin ninguna receta. Pero he decidido aparcar por un momento lo
que estaba preparando para el blog, para sumarme a este movimiento que
me ha parecido increíble.
- Soy
publicista de formación. Sí, estudié publicidad, y lo mejor es que nunca
me gustó ni quise dedicarme a ello. Pero no me arrepiento. Recuerdo mis
años de carrera con muchísimo cariño, y creo que estudiar Publicidad y
Relaciones Públicas me ayudó a comprender este mundo en el que vivimos,
lleno de banalidades y artificialidad. Al principio tuve una crisis de
identidad. Me sentía indignada con la sociedad. Me cabreaba el mundo,
las personas, su indiferencia... Con los años he aprendido a relajarme.
Ahora soy yo la que es un poco indiferente a lo que pasa a mi alrededor.
Y he de decir que soy mucho más feliz.
La
publicidad me enseñó que nos gusta la belleza y los mundos idílicos
para evadirnos de nuestra realidad. Y probablemente, nuestra vida no es
ni la mitad de triste de lo que la percibimos. Pero la publicidad nos
hace que la veamos así, para que necesitemos cosas materiales que nos
hacen creer que nos darán la felicidad absoluta.
Y
en el mundo bloguero pasa exactamente lo mismo. Cuántos blogs
encontramos con bodegones de ensueño, recetas de lujo y cientos y
cientos de platos, trapos, fondos... acordes con cada ocasión.
Cuando comencé con esta pequeña aventura de Blog Appétit!, yo soñaba
con que mi blog fuera así. Es más, me obsesioné. Me tiraba noches y
noches trabajando, retocando mis miserables fotos, buscando la receta
perfecta... Me trastornaba publicar un día más tarde de la fecha que yo
me había impuesto y me pasaba los fines de semana cocinando sin parar,
sin disfrutar de mi tiempo libre, ni de mi pareja, y comiendo a las
cinco de la tarde un plato frío, después de una hora de sesión
fotográfica.
Me obsesionaba el número de visitas, el número de fans en Facebook, el Twitter...
Después
de unos meses, me he dado cuenta de que todo esto me importa una
castaña. Publico una vez a la semana porque mi vida no depende de ello, y
porque trabajo y me faltan horas al día. Intento disfrutar de mi vida y
de Madrid, y estar todo el día pegada al ordenador no me hace feliz.
Me
ilusiona muchísimo cada comentario que me dejan en el blog o en las
redes sociales. Y a los comentarios dolientes no les hago caso, ni culpo
a las personas que los escriben: hay mucho aburrimiento en el mundo,
así que no me lo tomo mal.
- Detesto
los bloger@s que se creen súper estrellas. Y recalco lo de que "se
creen" (porque algunos no son "nadie", aunque ellos creen que sí...). He
tenido la fortuna de conocer "estrellas" blogueras que son lo más
humilde y cariñoso del mundo, que no van de nada por la vida. Así que el
problema no es el éxito, sino la persona.
Por mi trabajo he conocido
políticos, actores y diversas personalidades influyentes de alguna u
otra forma. Y como en todo, los hay que son maravillosos y los hay que
son unos creídos. Nunca entenderé por qué una persona se cree más que
otra por "hacer bien su trabajo". Y tampoco entenderé por qué las
personas con éxito se atribuyen el derecho de poder tratar mal a sus
fans o seguidores. Creo que las formas no deben perderse nunca, y menos
si eres una figura "pública".
- Odio las envidias insanas que hay en el mundo repostero creativo. Hay quien dice que es porque es un campo principalmente lleno de mujeres. Allá cada uno con su trabajo, y ole por los que triunfan gracias a su esfuerzo y a su talento.
- Odio las envidias insanas que hay en el mundo repostero creativo. Hay quien dice que es porque es un campo principalmente lleno de mujeres. Allá cada uno con su trabajo, y ole por los que triunfan gracias a su esfuerzo y a su talento.
- Me
chifla la repostería porque soy una golosa sin remedio. Con el tiempo he
aprendido a controlarme, pero años atrás mi consumo de azúcar no tenía
límite. Así que la repostería de diseño me enamoró en cuanto la conocí.
Busqué cursos y más cursos para aprender aquello que me parecía tan
preciosísimo. Y cuál fue mi decepción al probar el fondant y que no me
gustara nada... Afortunadamente, he comprobado que el fondant hay que
saber elegirlo (no todos saben igual), y aunque prefiero una tarta
sencilla de las de toda la vida, la repostería creativa puede ser muy
sabrosa y espectacular. Y esto me lo enseñó mi querida Natalia de Dulces Ilusiones. Lo mejor de un dulce decorado no debe ser su apariencia, sino su sabor.
-
Detesto las modas. Tal vez es porque en publicidad aprendí cómo de
programado está el mundo en el que vivimos. Así que no soporto ni los
programas de moda, ni los libros de moda, ni la ropa de moda, ni las
gafas de moda, ni el deporte de moda, ni la música de moda. Me gusta ir a
contracorriente. Y me encanta ser "zocata", escribir como los chinos y darle sin querer un codazo al de al lado en la hora de la comida.
-
Vivo en un mini piso de la capital y mi cocina es un zulo. Una vez me
preguntaron que si vivía en un chalet. Pues no. Mi casa no llega a los
40 metros, y encima la tengo llena de cajas y más cajas de trastos de
repostería. Así que mi piso ha sido bautizado como el "almacén".
- Soy desordenada. Y mucho. Me gustaría no serlo, pero no hay forma de corregirme...
-
Siempre voy corriendo. Soy como el conejo de Alicia en el País de las
Maravillas, llegando tarde a todos lados con el móvil en la mano para
mirar la hora.
- Soy demasiado
exigente conmigo misma. Y cuando digo demasiado, me refiero a que nunca
estoy satisfecha con mi trabajo. Ni con lo que escribo, ni con mis
fotos... Cuando me dicen que mis fotos son bonitas me quedo perpleja.
Para mí son una full. Y antes éste era un tema que también me
obsesionaba. Pero ni tengo sitio para hacer fotos, ni luz en mi casa...
Así que me las apaño como puedo.
-
No soporto que me molesten cuando estoy cocinando. Necesito
concentración máxima, y he tenido varias discusiones cuando voy a casa
de mis padres por este tema. Cuando cocino, todo el mundo me estorba.
-
No considero que cocine bien, pero le pongo ganas. De hecho, como nunca
tengo tiempo, no me suelo preparar nada entre diario. No me motiva
cocinar para mí sola, así que suelo comer cualquier tontería que compro
en el súper (gazpacho, ensalada o un bocata).
- Soy tremendamente despistada y vergonzosa. Me tienen que recordar las cosas veinte veces.
-
A veces soy un poco fría y seca, o eso me dicen en Madrid. Aunque
tampoco les sorprende, porque afirman que los valencianos somos así.
-
Adoro Madrid, aunque estoy deseando irme de la ciudad. Me gusta la
tranquilidad y el campete, y no el tráfico, las aglomeraciones y el
stress de las urbes.
Y ésta soy yo y las #cosasquemedamiedocontar.
Agradecerle
a Biscayenne esta iniciativa. Es todo un alivio y un desahogo comprobar
que el mundo blogero está lleno de seres humanos, y no de personajes
perfectos con cocinas perfectas y platos perfectos. En mi vida personal
intento ser una persona transparente, odio la hipocresía. Esto me
acarrea muchos problemas, pero es que no aguanto las apariencias.
Así os dejo otros blogs que se han sumado a esta iniciativa:
¡¡Gracias a todos!!
He leído pocos post tan sinceros y llenos de verdad.
ResponderEliminarSin ofender a nadie, y sin contar "miserias" como se está diciendo por ahí.
Tenemos mucho que callar en la vida diaria, no siempre podemos expresarnos como querríamos; el trabajo, obligaciones... nos lo impiden. Pero al llegar al blog, a nuestra casa, nos expresamos como y cuando queremos. Y así debe ser.
Me ha encantado.
Mi enhorabuena
Y por cierto, quita la verificación de palabra! ;)
No podría estar más de acuerdo Isabel!! Me he animado a escribir esto gracias a ti, porque tu post me ha dejado impresionada.
ResponderEliminarY te prometo que pensaba que no tenía la verificación de palabra, porque a mí no me sale!! Mira si he leído veces lo molesto que te resulta (ojo que a mí también), pero pensaba que yo no la tenía puesta!! Así que sólo por ello agradezco el doble tu comentario, porque sé que huyes de las palabritas!!
Un besazo enorme y muchísimas gracias por tu trabajo, tu blog y tus palabras!!
Me encanta ver como se va extendiendo... creo totalmente necesario que se hable de estas cosas. No son miserias, no son críticas a otros blogs, sino hablar de las personas detrás del blog.
ResponderEliminares bueno ver que somos reales y no solo aspiracionales
mil besos,
m.
Muchas gracias Mikel. A mí me gustó mucho tu entrada.
EliminarLa verdad es que este movimiento ha sido muy criticado... supongo que también cada uno lo enfoca y lo interpreta de forma distinta.
Yo me he quedado muy bien, y si a alguien le ha servido de algo o se siente identificado, objetivo conseguido.
Me he quedado muda con tu entrada tan sincera y con la que coincido en casi todos los puntos.
ResponderEliminarHe disfrutado leyéndote.
Un abrazo
Muchísimas gracias!! Me hace mucha ilusión!!
EliminarUna nota de humanidad en un mundo cada vez más deshumanizado.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Graciassssssssssss!!!!
EliminarGraciassssssssss!!!!!
EliminarHola,
ResponderEliminarhe llegado a tu blog por casualidad, buscando una buena receta de les "Bajoques Farcides", muy buena por cierto, y acabo de leer este post cotilleando tus maravillosas recetas tan curradas y bien trabajadas.
Me ha encantado de veras y me siento muy muyyyy identificada, excelente y muy sincero, faltan muchas personas como tu en este mundo tan hipócrita.
Enhorabuena por tu blog, está genial.
Saludos desde Francia, aunque nací en la Comunidad Valenciana y me crié en Muro.