martes, 28 de febrero de 2012

Una receta con encanto: Solomillo Wellington

¡Hola cociner@s!
¿Qué tal va la semana? Ya no queda nada para el fin de semana :)
Después de la entrada extra dulce que os hice el martes, hoy vengo con una receta muy especial: Solomillo Wellington.



Pero no creáis que es la receta al uso... Después de varios intentos y de investigar recetas, he hecho el Solomillo Wellington "a mi manera".
Hice la receta del Chef Ramsay (pero me pareció que el jamón quedaba muy salado), hice otras recetas de la red (pero no me gustaba el acompañamiento), añadí almendras, las quité... Hasta que finalmente llegué a esta receta.


No sé si será la definitiva. Puede que dentro de un tiempo aparezca con una nueva versión, pero no importa... porque es un plato tan agradecido, que de verdad que lo hacía todas las semanas...


Para los que no conozcáis la receta, os diré que el Solomillo Wellington se cocina envuelto en hojaldre; y dentro del hojaldre, pues cada uno le pone una cosa (de ahí la variedad de recetas).
El solomillo queda súper tierno y jugoso.


Si no os gusta que la carne desprenda sangre, os diré que se puede conseguir cocinando a fuego más suave el solomillo y teniéndolo un poquito más en el horno con el hojaldre. Y no os preocupéis de que quede seco, porque os aseguro que queda muy tierno.
¡Vamos con la receta!


Ingredientes:


-    500 g. de solomillo de cerdo
-    1 lámina de hojaldre
-    Una bandeja de champiñones
-    150 g. de un paté finas hierbas de buena calidad
-    6 lonchas de bacon
-    200 ml. de nata para cocinar
-    Mostaza de Dijon
-    Vino blanco
-    1 o 2 dientes de ajo
-    1 huevo
-    Perejil
-    Aceite, sal y pimienta


Elaboración:


-    Sacamos el hojaldre a temperatura ambiente unos 20 minutos antes en caso de que sea congelado.
-    Quitamos los excesos de grasa del solomillo y salpimentamos.


-    En una sartén con aceite a fuego medio-alto, doramos el solomillo (no se trata de que quede hecho del todo).
-    Retiramos el solomillo de la sartén y reservamos.
-    Ponemos el horno a precalentar a 200º.
-    Lavamos y cortamos los champiñones, y los cocinamos en la misma sartén del solomillo.


-    Les ponemos el ajo hecho trocitos y sin el centro, y cuando estén un poco hechos añadimos el perejil.
-    Echamos un chorreón de vino blanco y dejamos que reduzca.


-    Sacamos los champiñones y los trituramos. Reservamos.
-   En la misma sartén, ponemos la nata a fuego medio-bajo. Dejamos que se caliente un poquito, y añadimos el paté.
-    Removemos con una cuchara hasta que quede una salsa homogénea. Añadimos un poquito de vino blanco y dejamos que cueza unos 5 minutos a fuego lento.
-    Añadimos a la salsa los champiñones,



y dejamos en el fuego otros 5 minutos.


-    Retirar del fuego y dejar que la salsa se enfríe un poco.
-  Enharinamos la superficie donde vayamos a trabajar el hojaldre y lo estiramos con el rodillo.


-    Ponemos sobre el hojaldre las lonchas de bacon.


-    Encima repartiremos la salsa (muy importante que no esté caliente, porque sino corréis peligro de que el hojaldre se rompa).


-   Con una brocha, pintaremos el solomillo con la mostaza. Yo le pongo bastante, y de verdad que luego la carne no sabe a mostaza. Así que no tengáis miedo si no os gusta esta salsa, porque no se nota.


-   Ponemos el solomillo encima de todos los ingredientes, y cerramos y sellamos el hojaldre.
-    Pintamos el hojaldre con un huevo batido.
-   Meter en el horno a 200º hasta que el hojaldre esté dorado. Dejad que se cocine bien, porque sino, las partes del hojaldre que están dobladas quedarán sin hacer (recordad que si queréis la carne bastante hecha, tendréis que cocinarlo a unos 180º).

¡Y a servir y comer! Ñam ñam :)  Está riquísimo, y de verdad que la textura de la carne es impresionante!


Como os dije al principio, hay muchas variantes de la receta. El Chef Ramsay le pone lonchas de jamón en lugar de bacon, hay quien no le pone mostaza, o que no le pone la salsa de nata y paté... Yo una vez trituré almendras, y ése sí que fue un fracaso total!! Porque las almendras eran de propia cosecha, y ya sabéis lo que puede pasar... ¡que las almendras amarguen! Así que digamos que la cara retorcida de mi familia fue para el recuerdo, jajaja
Por eso siempre os digo que hay que experimentar en la cocina. Hay que aprender de los errores para llegar a grandes éxitos.


Esta receta es muy sencillita, así que espero que la pongáis en práctica ¡que se acerca San Valentín! ¿Habéis decidido qué vais a cocinar para vuestra personita especial? Y me da igual que sea el novio, la madre o el perro. Hay que aprovechar para darle una pequeña alegría a quien más queremos.


Y después de este rollo, ya me despido. No sin antes pediros disculpas porque sé que a veces cuesta un poco que cargue el blog, y sale un mensaje maravilloso de ERROR... Sólo hay que tener un poco de paciencia y volver a clicar.  Recordad que también podéis seguirnos en Facebook y Twitter.


Volvemos la semana que viene con nuevas recetas, que aún no he pensado ¿alguna sugerencia?
Feliz fin de semana y Blog Appétit!

PD.- el plato y los portavelas que acompañan al Solomillo son de Tiger!


No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Muchísimas gracias! Este blog no sería posible sin vosotr@s, así que tu comentario nos hace mucha ilusión :)